Una historia de cuento jamás contada...

Capítulo 1º

"Escucha que te diga, que te vas a quedar hasta muerta..."

Otro día feo...Aurora balanceándose de rodillas sobre su cama,deslizaba sus dedos por el cristal de la ventana mientras veía caer la lluvia. Así llevaba dos días sin que las nubes dieran, ni tan si quiera, una opción a rendir cuentas al sol.
Miró el reloj pensando que sus padres debían estar terminando de preparar la cena, así que se puso las zapatillas y acudió a la cocina para ayudarles a colocar el mantel en la mesa, las servilletas y cubiertos. Esta era su parte favorita del cotidiano ritual. En el cajón guardaba todo un arsenal de tenedores, cuchillos y cucharas con sus personajes favoritos de dibujos animados, y los seleccionaba según las circunstancias propicias que ella observaba oportunas.
Por ejemplo,esta noche de lluvia, pensaba que si ponía los cubiertos con el extremo de color plata y rosa, le daría un poco de más colorido y alegría el cielo oscuro de nubes grises.
Los tres se sentaron en la mesa, su madre sirvió de primer plato una ensalada mientras su padre llenaba los vasos con agua.
- Dime Aurora, ¿cómo has pasado el día hoy?-.
-Nada del otro mundo papá, aquí metida en la casa. Mamá no me deja salir con este día...-.
-Sabes que no puedes hacerlo, la hierba está toda mojada, el suelo enfangado y para qué hablar ya de los chaparrones que caen una y otra vez-dijo su madre.
- Lo sé mamá, pero pensar que tengo unos días de vacaciones para esto, hace que a una se le caiga el alma...-
-¡Je,je,je..!.¿El alma...?¿De dónde has sacado tú esa expresión siendo tan chica...? ¡Je,je,je...!-Reían los padres.-
-Si,si...ustedes reíros, pero otro día más perdida en mi corta e intensa vida...Y para colmo, ahora este moscardón que lleva media hora dando vueltas por la mesa y tropezándose con todo lo que hay por encima, parece ser que le ha gustado el aliño de mi ensalada...
-¡Je,je,je!-Rieron nuevamente.
Tras recoger la cena , Aurora pensó que lo más inteligente era acostarse y así, acabar rápidamente con ese día de tormentas y truenos; se dirigió a su habitación, llena de peluches, envuelta en paredes pintadas en tonos pasteles, bajó la persiana para no seguir viendo el agua caer-¡Ummm...!-se lo pensó otra vez y la subió...
Aquel moscardón que le había dado la cena decidió hacer también presencia ahora en su cuarto, Aurora se mordía los labios, se apretaba los dientes, agitaba los brazos para que se fuera de la habitación, quizá para desahogarse de la rabia de todo el día...
-¡Uffffff!, ¿Otra vez tú maldita mosca tonta?-.refunfuñaba sin sentido.-¿ Es que piensas también darme la noche?-.
En uno de sus aspavientos, el aire que soltaba las palmas de sus manos hizo llevar al moscardón directamente a estamparse con el cristal de la ventana, cayendo en picado y torpemente entre la almohada y edredón de Aurora...
- ¡Si claro! Ya lo que faltaba. Comerte mi ensalada y echarte a dormir en mi cama..Pues de eso nada...-
Aurora, separó la almohada y comenzó a sacudir de manera brusca el filo superior de la sábana cuando...
-¡Ey,ey,ey!¡Paraaaa,que me vas a matar niñaaaa!.¿ Te has vuelto loca Aurora?.
Aurora se quedó petrificada,¿ de dónde había salido ese minúsculo y ultrasónico grito ?. -Aquí solo está la mosca...-pensó...Mientras se acercaba a mirarla dudosamente sorprendida a la vez que aquella caricatura de platilo volante, agitaba de un lado hacia otro y chocando con sus propias alas ,la cabeza.
- ¿ Es que has terminado de perder la poca chaveta que te quedaba? Pues ya era lo que nos faltaba a todos- Remató aquel pequeño insectillo aturdido y medio cegato.
Aurora dio un brinco hacia atrás, tropezó con un pequeño tiovivo de plástico que tenia en la alfombrilla de su cuarto y cayó de espaldas sin parar de repetirse:
- ¡Este bicho habla!.- Más aturdida...-este bicho habla...- Y de forma más histérica...-¡Este bicho sabe mi nombreeeee...!

Capítulo 2º

"La entrada secreta"

Durante un par de segundos, a lo sumo tres, todo lo que rodeaba a Aurora se volvió negro ,luego, abrió los ojos con ligeros parpadeos…
-¡ Ahhhhhhhh!,¡Ahhhhhhhh!-.
Delante de ella, apoyada en el extremo de su nariz, se encontraba aquel moscardón, responsable directo, del batacazo padre que se había dado contra el suelo…
- No vayas a empezar de nuevo niña, ¿ Se puede saber que bicho te ha picado?¿ por qué estas tan rara  - ¿Yo rara…rara yo?. ¡Ahhhhhhhhh!- El colmo de los colmos…Una mosca cegatona ,que se  instala en mi habitación , que seguramente me haya hecho una llave de karate mental  para dejarme indefensa ante ella ,y que ahora me manda callar  mientras me mira con gafotas desafiantes desde la punta de mi nariz, me pregunta que¿ qué bicho me ha picado a mí…?-Ahora te vas a enterar…-
Aurora, aguantó durante unos segundo el cosquilleo que le producían las alas del moscardón sobre los orificios nasales y cuando vio el momento oportuno…
- ¡Achiiiiiiiiiiiiissssss!¡Achiiiiiiiiiiís!.-
Del primer estornudo, la mosca salió despedida, girando sobre si misma una y otra vez  por lo menos un metro. Del segundo estornudo, la remató con la onda expansiva, acabando estrellada contra la pared en la que se apoyaba la cómoda y sobre la que una vez más ,tuvo  el placer de conocer de boca…
- Ahora ya estamos a la misma altura mosca tonta. Ahora dime quien eres y sobre todo, por qué yo puedo hablar y oír a un bicho ten feo como tú…
- Tranqui, tranqui…en primer lugar, no soy una mosca tonta, soy  Leo, Capitán del decimocuarto escuadrón volador del E.A..I .I ( Ejército Aéreo de Insectos Intrépidos). En segundo lugar…
- ¡Umm!.Perdona antes de que sigas…Leo.-Le interrumpió Aurora.- Puedes dejar de hablarme mirando al espejo? Je, je, je.-
Leo, la mosca cegatona, se volvió hacia ella sonrojado y malhumorado a su vez.
- Y en segundo lugar, tú y yo nos conocemos de toda la vida, hemos compartido miles ,¡qué digo miles…!¡Millones de  aventuras! .
-Eso es absurdo-replicó Aurora con gesto incrédulo.
-Si claro, como el hablar con una simple mosca como yo ¿Verdad?...¡Anda, que se nos hace tarde y nos están esperando todos en palacio, salgamos ya de aquí.
- No seas más ridículo, ¿ a dónde voy a ir en pijama y con mis padres  tras esa puerta?.
- ¿En pijama?¿ Tú estas segura de lo que dices?- Leo no alcanzaba a entender como su amiga de toda la vida podía estar diciendo tantas tonterías en tan poco tiempo…-te espero al otro lado de la puerta-Se puso en vuelo y atravesó de un lado a otro la habitación a través de la cerradura ,no sin antes  darse sus dos o tres toquecitos de tanteo con el embellecedor…
Aurora se miró al espejo ahora sin Leo. No daba crédito a lo que veía una malla en tonos pasteles, envuelta en una especie y as su vez dibujada armadura plateada se ajustaba a su cuerpo y aunque era fina como una hoja de papel y ligera como una pluma ,pudo comprobar su dureza tras golpearse por si misma con los nudillos.
Nada tenía sentido , pero ya no quería tampoco entender nada, abrió la puerta de su habitación…-¿ Dónde estaba el resto de la casa?-Un estrecho camino partía desde su puerta y se perdía en un infinito horizonte arbolado y rodeado de verdes hiervas con cien mil y una flores de distintos colores y tamaños…
¡ Pata   Pummm!...
-¡Ufff, madre mía!-Exclamó Leo al verla caer nuevamente de espalda boquiabierta…-Y esta vez  el golpetazo que se ha dado ha sido más sonoro. ¡Claro!, como se la ha pegado con la armadura…Pues estamos apañados…-Se resignaba Leo…
Aurora volvió a levantarse y decidió que por el momento, lo mejor era no plantearse más las cosas y seguir al que parecía ser, desde hace mucho tiempo, uno de sus compañeros de aventuras.
Mientras andaba por aquel sendero, no pudo evitar ir pasando las palmas de sus manos sobre las hojas y flores que rodeaban el trecho. Las notaba frescas, suaves y cuyos colores no tenían nada que envidiar a los del arcoíris más completo del mundo mundial, desprendiendo a su vez,suaves aromas con recuerdo a mazapanes y dulces horneados… De pronto, Leo se paró frente a  lo que parecía ser una especie de panel de grandes hiedras. Aurora, se quedó quieta tras él. Primero, una suave brisa le rozó las pestañas, luego, dos flores con formas de campanillas, situadas cada una a ambos lados del camino y pegadas a las hojas, agacharon su tallo y comenzaron a sonar como minúsculas trompetas a la entrada de un castillo medieval…Tras un silbante ruido, las plantas fueron separándose dando paso a un impresionante espectáculo. Tras las ramas, se abría lo que parecía ser una especie de palacio, incrustado en una enorme cueva, con adornos de lo que se adivinaba, eran piedras preciosas, formadas con partículas de sal solidificadas, y las cuales desprendían distintos colores brillantes según les diese la luz colada discretamente, entre los pequeños orificios de las paredes de piedra de la gruta.
Bajo todo este  lujo de la naturaleza… un trono vacío, al que rodeaban cientos de seres de aspecto diverso y  a cuyo crédito  a penas daban los ojos de Aurora: hombres que no alcanzaban el medio metro pero de corazones valientes, a la derecha de estos, gigantes de cuatro dedos en cada mano ,a unos metros, un grupo de hadas cotillean sobre unos jóvenes vestidos como el cuento de Peter Pan y armados con arcos fabricados en huesos de mamut y flechas con puntas de tréboles secos de tres hojas ,por lo que decidió llamarlos Robín Jús y así, varios grupos selectos más que esperaba ir descubriendo.
Fue precisamente, un joven Robín Jú el que al verla  llegar gritó:
-¡Mirad! ¡Ya ha llegado!¡Ya está con nosotros!¡Recibamos con todos los honores a nuestra majestad!-
- ¡Larga vida alteza!¡ Que la diosa Boreal brille sobre su inteligencia y nos guíe a la victoria!.
Podréis imaginaros lo siguiente:
-¡Pata Pummmm!.

Capítulo 3º

"Un encuentro inesperado"

Cuando abrió los ojos Aurora, se encontraba sentada en aquel trono de madera que había visto antes de caer en redondo, al suelo. A su izquierda, se encontraba el joven Robin Jú , esbozando una tímida sonrisa tras ver que su princesa despertaba, a su derecha, revoloteando, Leo.Pero ahora ya no había nadie más, frente a ella se encontraba una especie de llano con señales de haber sido avasallado, un rato antes, por cientos de personajes extraños.
Luego miró a todo su alrededor, diminutos cristales de colores rodeaban la entrada y el techo de aquella especie de cueva.
- ¿Cómo se encuentra majestad?-preguntaba el joven Robin Jú.
- Supongo que bien- dentro de lo bien que podía estar en esta historia pensaba.- ¿Cómo he llegado hasta aquí? ¿Quiénes eran y dónde se han metido todos aquellos personajes que he visto hace un rato?-.
- Ya se fueron mi princesa- susurró Leo con voz baja en el oído de nuestra amiga.
- Dadas las circunstancias y el delicado momento que atravesamos, hemos considerado que lo más oportuno era ir poniéndola al día con mas tranquilidad y sin bullicio alguno.
-Si su majestad me lo permite, sería conveniente si como bien dice, se encuentra mejor, se levantara de donde está y diéramos un paseo por todas las tierras que componen su reino, a ver si le vuelve la memoria reconociéndolos.-Solicitó el joven Robin Jú.
Así que sin más se levantó y poniéndose en compañía de sus dos mejores aliados del momento, se dispuso a seguir los caminos que ambos le iban a mostrar.
No pasaron unos pocos de metros cuando de nuevo sonaron aquellas florecillas con forma de trompetas y se abrió ante ella un tímido camino hacia el que los custodiaban unas especie de hojas con distintas formas en sus puntas y con diferentes colores.
- Decidme, ¿A dónde nos lleva este camino y que son estas plantas que nos rodean?-
- Siguiendo este camino llegaremos hasta donde se cobijan y preparan una de las tribus que más fieles son a su majestad, las “Hadas”...Respecto a las plantas que le rodean son Ornianas, son únicas en este territorio, tienen la cualidad de ir alegrando al viajero que se dirige a visitar a nuestras amigas.
Si se fija bien, todas parecen ser diferentes en la punta. El motivo es el siguiente, según el color de la punta, esta emitirá una nota musical y su forma indica la duración de su nota- Explicaba un orgulloso Leo, mitad gran guerrero del aire, mitad compositor de las mejores melodías de todo el reino.
Así que Aurora no pudo controlar su curiosidad y comenzó a pasar los dedos sin control alguno, mientras andaba.
Aquello…sonaba fatal. Notas sin sentido, conjunciones melódicas afortunadamente desconocidas hasta entonces:
- ¡ Pin,pin,pin,Pen,Pan,pannnn,Penn,Pinnnnnnnnnn!-
- ¿Le importaría a la princesa dejar de tocar las plantas? Si continua no podremos oír si nos llega algún animal salvaje para atacarnos - le engañó nuestra mosca favorita ya mareada y conmocionada con tan destructivo ruido…
De pronto Tanto Robin Jú como Leo se detuvieron, Aurora, que caminaba cabizbaja sospechando que lo que Leo le había dicho sólo era una excusa para que no tocara más, miró hacia el frente tras tropezarse con el talón de nuestro amigo guerrero y…allí estaban…



Delante de ella, se abría un pequeño lago, y justo tras él, una pequeña catarata de la que caía una especie de agua color oro. Alrededor del agua, se encontraban cientos de hadas situadas en perfecta formación militar en fila de a uno, las cuales, cuando otra que debía ser el hada jefe, les hacía una señal de paso ,se dedicaban a planear sobre las rocas salpicadas del fino polvo de agua seca, y rozando sus alas sobre las robustas piedras, quedaban impregnadas de aquella especie de arenilla mágica.
- ¿Qué están haciendo?-
- Están recargando sus alas mi princesa-dijo Leo.-Cada día vienen volando varios batallones de hadas para recargar sus alas de polvo cantoniano. Es un polvo que suelen utilizar, entre otras cosas, para camuflar a nuestros pueblos de los ataques de los Akuers a la vez que sirve de base irritante en sus cuerpos.-terminó de explicarle Leo.-
- ¿No le parecen realmente bellas y mágicas alteza? –preguntaba un admirado y contemplativo Robin Jú- Cómo algo tan coqueto y con tan delicada hermosura, posee un espíritu tan sacrificado a su lealtad?-
- ¿Y quiénes son esos Akuers?- preguntaba algo intrigada Aurora.
De pronto, un fuerte estruendo se oyó en lo alto de la cascada, comenzaron a caer violentas piedras y el suelo comenzó a temblar cada vez con mas fuerza…Un intolerable silbido agudo se apoderó de la calma.
- ¡Rápido majestad, no hay tiempo que perder!-El joven Robin Jú sujetó del brazo derecho a su princesa y llevándola tras un grueso tronco de árbol inclinado en el suelo apoyado sobre una enorme roca, hizo que ésta se agachara mientras que semiarrodillado desenfundó velozmente una flecha de su cajetín y extendiendo el cordel de su arco, se posicionó en formación de defensa ante cualquier ataque que se pudiera presentar contra su alteza.
- Majestad, ya tiene su respuesta…estos son los Akuers, sus enemigos más destructores y el principal problema que se le presenta si salimos de esta…-
Aurora podía ver entre el viejo tronco y la roca, como aquel ejército de valientes hadas intentaban frenar aquel traidor ataque con los medios que aún le quedaban... Algunas ,se dirigían hacia la zona alta de la catarata hacia un destino incierto, otras, caían aturdidas en el esfuerzo sobre el lago o terreno... Como podían intentaban cubrir componiendo una fina sábana de luz con su polvo mágico aquel territorio, pero les estaba resultando imposible…
Aurora se había encontrado de pronto inmersa en un mortífero ataque de los que, ahora supo, atentaban contra ella y su reino…
Mientras, el joven Robin Jú permanecía inmóvil, concentrado con su mirada puesta sobre aquella punta de flecha de trébol de tres hojas atento a cualquier movimiento…